LAS MICOTOXINAS MODIFICADAS Y EMERGENTES, UN CAMPO ABIERTO A LA INVESTIGACIÓN

Las micotoxinas siguen siendo un problema real que afecta silenciosamente a la salud animal y, por consiguiente, a la salud humana. Por ello es imprescindible controlar la contaminación en los piensos, pues se encuentran en la primera etapa de la cadena alimentaria. Aun así, la Unión Europea solamente proporciona niveles de regulación para la aflatoxina B1 (AFB1) y recomendaciones para zearalenona (ZEA), la ocratoxina A (OTA), el deoxinivalenol (DON), las fumonisinas B1 y B2 (FB1 y FB2), la T-2 y HT-2 para materias primas y piensos. La exposición a estas toxinas (micotoxinas prevalentes) puede generar diversas enfermedades y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) ha publicado diferentes opiniones sobre el riesgo para la salud animal relacionado con la presencia de diferentes micotoxinas.

En la década de los 80, se observó que las enfermedades producidas por micotoxinas en animales no estaban directamente relacionadas con el contenido encontrado de micotoxinas en la dieta, lo que hizo pensar que tal vez las micotoxinas prevalentes no fuesen la principal fuente de exposición. Este nuevo descubrimiento abrió las puertas a lo que hoy llamamos micotoxinas modificadas o modificadas y micotoxinas emergentes (Kovaslky et al., 2016).

Micotoxinas modificadas

Las micotoxinas modificadas son metabolitos de las micotoxinas prevalentes y pueden clasificarse según si la modificación de la micotoxina original ha sido mediante una reacción de carácter químico o biológico.

La principal fuente de micotoxinas modificadas está relacionada con el metabolismo de las plantas y los hongos. Las plantas pueden generar micotoxinas modificadas como respuesta en defensa al hongo que produce la micotoxina original. Una segunda fuente de estos compuestos tiene relación con el metabolismo de los animales y el procesamiento de piensos y alimentos.

Las micotoxinas más detectadas pertenecen a la familia de las fusariotoxinas (DON, ZEA, HT-2, Nivalenol (NIV) y fumonisinas) unidas a complejos de glucosa o sulfato (DON3G, NIV3Glc, HT2Glc, ZEA14G, ZEA14S, etc). Además, estas uniones pueden ser reversibles, es decir, una micotoxina prevalente puede ser modificada y una micotoxina modificada puede descomponerse y liberar la micotoxina prevalente.

Debido a lo comentado anteriormente, las micotoxinas modificadas presentan un gran desafío analítico ya que no son fácilmente detectables debido a su similitud en estructura química con las micotoxinas prevalentes y por la falta de metodología para su determinación en método de rutina

Micotoxinas emergentes

El término “micotoxinas emergentes” hace referencia a un nuevo grupo de toxinas químicamente diversas, que no se determinan de forma rutinaria y para las cuales no hay una regulación ni recomendación legislativa. Principalmente, las micotoxinas emergentes son metabolitos de las micotoxinas producidas por el hongo perteneciente al género Fusarium, tales como eniatinas (ENN), beauveracina (BEA), moniliformina (MON) y fusaproliferina (FUS).

La complejidad analítica de las micotoxinas emergentes y modificadas dificulta su investigación

Aunque hoy en día se están descubriendo más micotoxinas emergentes y modificadas, los estudios dedicados a esta clase de micotoxinas son escasos, pues el desarrollo de métodos analíticos para su cuantificación está restringido por falta de estándares y materiales de referencia certificados. Así, su determinación resulta un desafío complejo teniendo en cuenta su elevada presencia en materia primas y piensos.

De hecho, el cambio climático y el aumento de precios de los cereales son factores que predisponen la producción de estas micotoxinas. Por un lado, es posible que los hongos modifiquen su comportamiento y, así, su producción para adaptarse a las nuevas condiciones ambientales. Por otro lado, el incremento de precio de los cereales ha motivado el uso de sus subproductos, lo que podría aumentar la concentración de micotoxinas al no verse afectadas por los procesos físicos y/o químicos desarrollados.

Toxicidad de las micotoxinas modificadas y emergentes en la producción animal

En este contexto, actualmente se están investigando las propiedades toxicológicas de estas micotoxinas con el fin de evaluar los riesgos que comportan en el animal (Berthiller, 2013; Nowak et al., 2021).

En cuanto a las micotoxinas modificadas, su toxicidad suele coincidir con la toxicidad de su micotoxina original. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el proceso de digestión en el tracto gastrointestinal o la metabolización en sangre u órganos, como el hígado, pueden contribuir a una alta toxicidad no esperada. Así, las propiedades fisiológicas de cada especie animal resultan un factor clave en términos de toxicidad de las micotoxinas modificadas. Sin embargo, actualmente la información disponible es escasa.

De la misma manera, en el caso de las micotoxinas emergentes se ha observado a nivel in vitro inducción del estrés oxidativo. De todas formas, se requieren más datos para respaldar los presentes estudios in vivo que han reportado disfuncionalidad inmunitaria y daños en la barrera intestinal.

Por tanto, es necesario ser conocedores de la existencia de las micotoxinas modificadas y emergentes puesto que, aunque ya se ha comentado que no son muchos los estudios disponibles y las limitaciones asociadas, su presencia a nivel global es considerable y no se deberían infravalorar.