Micotoxinas Emergentes y enmascaradas

Las Micotoxinas Enmascaradas formadas por conjugación con compuestos polares, como mecanismo de defensa de las plantas, no se analizan con métodos convencionales y pueden ser más tóxicas que la micotoxina original.

La definición sistemática de las micotoxinas enmascaradas o micotoxinas «biológicamente modificadas» es especialmente desafiante, puesto que las modificaciones químicas introducidas por el metabolismo de la planta tienen potenciales efectos tanto en la toxicidad (que podría aumentar o disminuir en comparación con la molécula de la toxina original) como en la detección analítica.

Las micotoxinas enmascaradas están unidas a carbohidratos o proteínas y, por lo tanto, no son extraíbles con los protocolos existentes destinados a la extracción de la micotoxina o no detectables usando las rutinas de cromatografía establecidas; de ahí su nombre de micotoxinas “enmascaradas”.

Además, debido a las similitudes estructurales, algunos compuestos enmascarados (que a veces difieren en toxicidad) se codetectan con la propia micotoxina mediante, por ejemplo, inmunoensayos.

Entre el grupo de micotoxinas enmascaradas, las que se observan más comúnmente en los piensos son el ZEA-14-sulfato y el DON-3-glucósido.

Actualmente se están investigando sus propiedades toxicológicas, incluyendo la conversión de DON-3-glucósido a DON y ZEA-14-sulfato a ZEA por la microbiota del tracto intestinal para evaluar los riesgos de la exposición a micotoxinas enmascaradas.